LA NUEVA MANUFACTURA DE TUDOR: NACIDA PARA ATREVERSE

La nueva manufactura de Tudor: Nacida para atreverse

 

Entre las montañas del Jura, en el oeste de Suiza, la nueva manufactura Tudor se alza como el nuevo referente en relojería. Una instalación que refleja el espíritu de vanguardia, de atrevimiento y de calidad superlativa que inspira a la centenaria marca suiza.

De este modo, Tudor da un paso más para superar todos los estándares. Una manufactura nacida para atreverse.

La nueva manufactura consta de cuatro plantas y un total de 5.500 m2 dedicados a desafiar a los límites de la innovación. Esta sede permite a Tudor controlar plenamente la elaboración de componentes estratégicos para asegurarse aún más que cumplen todos los requisitos de calidad.

Estéticamente, el rojo Tudor predomina en el exterior de un edificio distintivo. En su interior, un mobiliario que combina los colores representativos de la firma, rojo, negro y gris, crea una armonía visual equilibrada. La coherencia es clave, y sólo es igualada por el énfasis en la ergonomía de los puntos de contacto de los bancos de trabajo de los relojeros.

La construcción tiene como principio la mínima perturbación del entorno exterior. Tudor ha dedicado especial atención a no alterar al caballo del río Bied. Todas las plantas que se han sembrado en torno a la manufactura son endémicas de la región del Jura para no alterar el equilibrio de la biodiversidad de la zona.

El edificio también cuenta con grandes ventanas de cristales dotados de Sage Glass. Una tecnología energéticamente eficiente que regula automáticamente la transmisión de luz a partir de la intensidad de luz natural. Esto permite regular el consumo energético. Esta energía se genera en gran parte en las placas solares situadas en el tejado de la manufactura. El resto, a elección de Tudor, se produce también a partir de fuentes renovables.

La instalación representa la vertiente atrevida e innovadora de la marca. Mantiene ese espíritu valiente combinado con la tradición de la excelencia en la relojería suiza. Por ese motivo, la ubicación de la manufactura está también a la altura de la instalación. Se encuentra en Le Locle, una localidad en las montañas del Jura inscrita en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 2009. La relojería llegó a la zona en el siglo XVII, y se mantiene en la actualidad.

La culminación de la construcción del edificio fueron los carteles con los escudos que son el símbolo de la firma. Unos escudos que siguen representando la fortaleza y destreza de la ingeniería y la fabricación.

Tudor ha dedicado toda su atención a cada detalle de la instalación, desde los bancos de trabajo a la elección de las plantas de decoración. Esta atención se iguala a la precisión con la que elaboran cada detalle de cada componente de cada reloj.

Inaugurada de 2023, la nueva manufactura marca el inicio de una nueva era. Una era en la que Tudor perpetuará el legado relojero de la región agregando su espíritu de atrevimiento.